Pedro Vizcay/DIARIO DE LEÓN
El pasado domingo, 18 de marzo, se inició la temporada truchera en la denominada zona sur de Castilla y León, que comprende las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid. También en las comunidades de Asturias y Galicia, que de igual forma comienzan su temporada de pesca de salmónidos.
Ávila es la provincia que presenta mejores ríos trucheros, con veinticinco cotos de pesca a los que hay que sumar otro de ciprínidos y siete tramos libres sin muerte. Las cabeceras de los ríos Tormes y Alberche, así como varias lagunas de la Sierra de Gredos, son los lugares mas visitados. Además, el cupo de capturas no se ha reducido, manteniéndose seis en gran parte de los acotados.
La provincia de Salamanca cuenta con ocho cotos entre los que se incluyen tres intensivos con un cupo de ocho truchas y un coto de hucho o salmón del Danubio que se abre a partir de mayo y permite la pesca de un ejemplar. No tiene tramos libres sin muerte. Segovia, de características parecidas a Ávila, cuenta con quince acotados de salmónidos y cuatro tramos libres sin muerte, mientras que Valladolid, la provincia con menos posibilidades trucheras, tiene cuatro cotos intensivos en los que el cupo de capturas es de ocho truchas por pescador. Destaca esta provincia por la pesca de ciprínidos, con un gran embalse acotado, un tramo libre sin muerte y un escenario deportivo-social.
La facilidad que la Xunta de Galicia establece para conseguir cotos, de hecho se expiden en bares y establecimientos hosteleros ubicados en las proximidades, los cupos mayores, las tallas menores y la mayor permisividad con los cebos, son alicientes a considerar. Los ríos de Lugo y Ourense son los mas visitados, tanto el Sil como el Neira o el Navia. Dispone además de preciosos arroyos y regatos muy aptos para los cucharilleros y los pescadores de cebo natural como el río Doiras en la Sierra de Ancares. Son sin embargo ríos difíciles de pescar por la transparencia de las aguas y la estrechez del cauce. Las poblaciones trucheras que en sus buenos tiempos hicieron famosos estos ríos han caído notablemente. Salvo en los embalses y en los grandes ríos como el Sil o el Miño, resulta muy raro capturar grandes pintonas.
Los ríos asturianos tienen fama de salmoneros, pero lo cierto es que la trucha y el reo son un atractivo nada desdeñable. El Sella, el Nalón o el Aller presentan magníficos tramos para pescar, con ejemplares de buen tamaño. El problema en estos ríos es la presencia masiva de aficionados en las primeras jornadas. Este debería ser un buen año, ya que las crecidas del mes de noviembre habrían permitido la entrada de salmones y su remontada hacia los cursos medios y altos. Tras un invierno especialmente benigno que redujo los caudales en enero y parte de febrero, ahora vuelven a bajar altos y, lo que es peor, con deshielos. No será tarea fácil conseguir capturas en estas primeras jornadas, si lo será sin duda disfrutar de la rica gastronomía asturiana que, además, ha sabido mantener unos precios asequibles para el pescador medio.
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